lunes, 29 de septiembre de 2008

22 septiembre. Senderismo en Kodagu

A las 8:30 de la mañana nos presentamos en el lugar donde contratamos la excursión de senderismo.  Es en Friend Tours.  El guía que nos presentan se ve una persona responsable. Hemos contratado 2 días, al precio de 600 rupias por día y persona, todo incluido: comidas, guiaje, alojamiento y transportes.

El transporte es en autobús público.  Como hemos tenido mala suerte y se ha estropeado el bus anterior, pillamos un bastante de aglomeración.  Por error me situo delante del bus, donde van las mujeres.  Los hombres van detrás.  Deshago mi error y me coloco más hacia atrás.  Al poco el bus se va vaciando.

Iniciamos nuestra ruta por zona de paisaje variado.  El guía que parecía algo callado, no lo es tanto y es bastante didáctico.  Nos enseña plantaciones de te, café, arrozales, entremezclado con chili, cardamomo y otras que no me acuerdo.  En el camino nos encontramos dos hombres que van vestido de blancos, con el pelo rapado.  Es debido a que van de luto.  Justo lo contrario que en nuestra tierra, donde el negro es el color elegido.  Quizá, no deben considerar la muerte como algo tan triste.

Luego llegamos a zona muy panorámica.  El paisaje es muy verde, y la temperatura agradable.
Estamos en Karnataka, a muy poca distancia de Kerala.  Es una zona poco habitada.  Casi las únicas construcciones son casas de campo turísticas, destinadas al turismo indio.  Es una zona con clima más fresco que otras.

El único lado negativo es la presencia de sanguijuelas ávidas de sangre en algunas zonas.  Lamentablemente casi todas ellas van a mi compi.  Intentan unas cuantas ir a por mi sin éxito, pues las detengo mientras trepan por el calzado.  Le tiñen el calcetín de rojo.  Inyectan una sustancia que hacen que no notes que te han picado, y otra que evita que se coagule la sangre.  La cosa se empeora porque ella lleva un calzado de textura ligera.  Curiosamente, son difíciles de chafar por mucha fuerza que se emplee, aunque fáciles de quitar una vez detectadas.

Nos toca comer en una casa enmedio del bosque exhuberante.  Tienen tanta agua que no tienen ni grifo, sino un flujo contínuo.  Se trata de una casa que no está mal, con decoración rústica y algunas concesiones a la vida moderna, como TV vía satélite y equipo de música.  Nos tratan muy bien, y nos dan una comida abundante, preparada con esmero.  Se preocupan mucho de que nos guste, eso es de agradecer.  Luego nos dan una hoja que se masca después de comer, de textura más bien carnosa.  Creo que para limpiar los dientes.  Luego nos dicen si queremos probar fumar hojas de tabaco.  A pesar de no ser fumador, lo pruebo un poco.  Tiene un aroma suave y no hace toser.  Después charlamos un poco después de comer.

Remprendemos la marcha, hasta llegar a unas chozas amplias rodeadas de un terreno con césped tambien amplio.  Dispone de una ducha cuyas paredes son enredaderas y WC separados. No tenemos electricidad pero nos dejan una lámpara de gas y velas.  Es como si hubiesemos viajado en el tiempo, tiene su gracia esta iluminación más precaria.   Estamos solos, con solo el ruido de los bichos, pero a pesar de ello caminando 5 minutos estamos en una aldea, alcanzando una tienda donde comprar el agua embotellada que tanto necesitamos.  El guía se ha marchado a su casa y nos volverá a recoger el día siguiente.

Nos vamos a cenar a una casa cercana.  La mujer a pesar de no hablar casi inglés, cumple con su cometido con entusiasmo y dedicación.   La comida tiene mucho sabor, y no nos la ha hecho muy picante.  Tampoco tiene electricidad.  Tiene un sólo hijo, al igual que la familia donde habiamos almorzado.  En otras zonas nos hemos encontrado por contra familias con 5 hijos.  A pesar de lo buena que es la comida, su hijo no es de mucho comer.

Por la noche se ven muy bien las estrellas, espectáculo que nos solemos perder los días de cada día.

No hay comentarios: