A pesar de lo imponente de sus atractivos turísticos, es una ciudad más sucia que el estándar indio. Es una pena. A pesar de ello hay zonas de la ciudad más cuidadas.
De buena mañana cogemos el tour que habíamos contratado la noche anterior. Todos eran indios de otros estados. Primero visitamos la imponente fortaleza de Daulantabad, en lo alto de un risco y rodeada de tres niveles de murallas. Para llegar a la parte superior, se han de atravesar fosos, y túneles a oscuras llenos de murcielagos. La panorámica que se ve desde lo alto es bonita, y muy verde. No sacamos provecho del todo del guía pues somos un grupo amplio y nos dispersamos un poco.
La gente del lugar es especialmente artística en la decoración de suelos. Cada mañana hacen las mujeres estos dibujos para pedir suerte.
Nada más por haber tomado estas fotos, la gente que había hecho estos dibujos, nos invitó a su casa a tomar te todo ilusionados y nos presentaron a toda la familia. Cuesta marcharse después de sentirse tan halagado.... y lo "peor" es que al poco, volvemos a ser muestra de tanta hospitalidad y alegría.
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